Por: Edith González C.
El pasado Día de la Tierra (22 de abril) se estrenó la docudenuncia “Planeta de Humanos”, el más reciente documental del famoso documentalista Michael Moore, ganador de un Oscar por el documental Masacre en Columbine (Bowling for Columbine), quien junto al director y activista ambiental Jeff Gibbs han puesto el dedo en la llaga de las energías renovables.
Felicidades a quienes nos aplicamos para verlo. Lástima los que no lo hicieron porque la distribuidora, Films for Action, ya bajó el largo, muy largo largometraje de sus redes debido a que un nutrido grupo de científicos ambientales señalaron “un gran número de errores, falta de rigor e inconsistencias” en el documental.
¿Qué tanto hizo enojar a ‘reconocidos científicos’, como a políticos y activistas globales como Bruce Nilles , Director de la Campaña contra el Carbón de la famosa e histórica organización ambiental Sierra Club, o a Bill McKibben, líder del movimiento 350.org o incluso al mismísimo Al Gore?
En 100 minutos, Moore y Gibbs, cuestionan el lado oscuro de las energías renovables, no su cualidad de renovable como es el uso del sol, el viento o la biomasa, sino el proceso de fabricación de estas tecnologías como es la gran actividad minera que existe en la extracción del litio, cadmio, estaño, coltan y otros materiales básicos y necesarios para la fabricación de paneles solares o baterías recargables, o la deforestación asociada a la creación de granjas solares, como es el caso de la enorme granja solar en el desierto de California, o los monocultivos para la producción de biodiésel o la pérdida de biodiversidad causada por la instalación de enormes turbinas eólicas o, para cerrar con broche de oro, la gran falsedad de vender el gas natural como energía limpia.
Los activistas no quisieron dejar pasar la celebración por los 50 años de vida del Día Mundial de la Tierra y para celebrarlo -muy a su estilo-, nos dejan la pregunta ¿Hemos perdido la batalla contra el cambio climático? ¿Será que no miramos lo suficientemente cerca porque no queremos saber la respuesta?».
Para ayudarnos a responder, nos presentan los testimoniales de varios científicos y activistas, tal es el caso del Dr. Sheldon Solomon, psicólogo social del Colegio Skidmore, quien señala que la tecnología verde, al parecer es “otro sistema de creencias socialmente construido (así como las religiones) que nos hace pensar en la esperanza de la inmortalidad humana”. Para el académico, con estas ‘tecno soluciones’ los seres humanos perseguimos la idea de la sostenibilidad como una forma de negación de nuestra propia muerte, es el reflejo de nuestro deseo de inmortalidad. Sin duda, como marca la historia, este sistema de creencias y cosmovisiones va a fallar en algún momento.
Al respecto, otro científico, Ozzie Zehner, profesor y autor del bestseller “Dirty Secrets of Clean Energy and the Future of Environmentalism«, pone el ejemplo de la mega granja solar Ivanpah solar, en el desierto de California. Dicha granja no sólo destruyó un bosque de yucas de más de 500 años, sino que además funcionaba (sí, en pasado porque la granja ya no existe) con una enorme plantas de gas natural y, para poder operar, tuvo que solicitar un permiso para la emisión de lluvia ácida y presentar una estrategia de compensación de carbono porque la planta producía dióxido de carbono. Sí, ¡una completa locura!! Por ello, Zehner comenta que “es más peligrosa la confianza ciega en la energía limpia que los combustibles fósiles, porque en realidad es una quimera”.
Mientras escribo esto, recuerdo un reporte emitido por la Convención sobre Especies Migratorias (CMS) en el marco del próximo Día Mundial de las Aves Migratorias (9 de mayo). En él se señalan los riesgos que tienen las aves al colisionarse con las estructuras artificiales ubicadas en sus rutas de vuelo, tal es el caso de las turbinas eólicas y otras estructuras reflectantes, como los paneles solares.
Entre las conclusiones que presentan los documentalistas está el innegable hecho que no podemos seguir con el consumo irracional de combustibles fósiles, pero tampoco debemos avalar destruir una montaña para instalar una granja eólica que funcionará aproximadamente 20 años. Tampoco debemos dejar de mirar a profundidad y reflexionar si lo que queremos salvar es nuestro estilo de vida y comodidad, no el planeta, no la biodiversidad, no los animales ni la naturaleza. Una vez que entendamos esto, confirmaremos que el planeta es finito, finito, finito.
Pese a las críticas, y muy a su estilo, Michael Moore ha decidido mantener el documental en su propia cuenta de Youtube. A la fecha “Planeta de Humanos” ya acumula más de tres millones de visitas. No se pierdan esta joyita cinematográfica.
