Por Diana León
Esta es la historia del fracaso del último centro de valorización de residuos en Aguascalientes y el recuento de las consecuencias tanto sociales como medioambientales que tuvo para el estado.
Actualmente el promedio de generación estimada de residuos sólidos urbanos en Aguascalientes supera las 1, 330 toneladas diarias. En 2001 no excedía las 800 por día, según datos de la SEMARNAT. Día a día aumenta también la necesidad de los recicladores que trabajan en este espacio de incluirse en un esquema laboral formal.
Saúl comenzó a trabajar como reciclador desde que tenía 6 años. Empezó en un tiradero clandestino cercano al Río San Pedro y cuenta que ahí la basura se quedaba a la intemperie porque, según decía el dueño del rancho, le servía como fertilizante para las cosechas. Ya después se cambió al centro de la ciudad y así continuó desplazándose por múltiples tiraderos hasta llegar al Relleno Sanitario de San Nicolás, en donde trabaja actualmente.
Hoy tiene 60 años y recuerda perfectamente la historia de la ciudad a través de la basura. Dice que antes no se enterraba como ahora, que cuando empezó trabajaban como 20 o 25 personas en cada tiradero, y que estos se cerraban en dos o tres meses.
Saúl parece tener en su cabeza un archivo más completo que el de la propia Secretaría de Servicios Públicos, la cual señaló “no tener un registro de antiguos sitios de disposición de residuos sólidos urbanos, debido a los constantes cambios de administración a los que se ve sometida”.
En Aguascalientes, la gestión integral de nuestros residuos sólidos urbanos debería ser un tema prioritario tanto para la ciudadanía como para los tres órdenes de gobierno. Sin embargo, la falta de monitoreo e innovación en las políticas de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), propicia la formación de tiraderos clandestinos, la falta de participación ciudadana en el reciclaje y tiene como consecuencia que en gran parte de la ciudad, la basura desborde los contenedores y propicie focos de infección en plena crisis sanitaria.
En este sector, las instituciones y autoridades involucradas prefieren no generar datos de los que eventualmente habría que hacerse responsables.
Tiraderos clandestinos en Aguascalientes
A pesar de que el artículo 1 de la Ley General Para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (LGPPGIR) menciona que se debe crear un sistema de información relativa a la generación y gestión integral de los residuos, así como de sitios contaminados y remediados, el Sistema Informático de Sitios Contaminados (SISCO) no cuenta con información actualizada en este rubro. De hecho, la Secretaría de Servicios Públicos Municipales de Aguascalientes señaló no contar con esta información. Sin embargo, el fenómeno puede ser descrito por quienes lo han experimentado en carne y hueso.
En esta liga un mapeo de los tiraderos en los que Saúl, en conjunto con otros recicladores del actual Relleno de San Nicolás han trabajado a lo largo de su vida como recicladores.
Actualmente, Saúl trabaja junto a otros doscientos recicladores en el Relleno Sanitario de San Nicolás, que brinda el servicio de disposición final de residuos a los 11 municipios de Aguascalientes y que recibe según datos de la Secretaría de Servicios Públicos, alrededor de 1,200 toneladas de basura al día.
Al igual que la mayoría de sus compañeros, Saúl, ahora el último del núcleo familiar trabajando como reciclador, lleva años trabajando en este lugar. También vio en el proyecto de construcción de un futuro Centro de Valorización de Residuos Sólidos Urbanos una oportunidad para mejorar sus ingresos, obtener prestaciones sociales y sobre todo, mejorar sus condiciones generales de trabajo.
Sin embargo, este proyecto generaría a lo largo de su aprobación y análisis, inconsistencias jurídicas, presupuestales y técnicas que lo llevaron a fracasar. Un resumen de ellas se encuentra en la siguiente línea del tiempo.
La promesa fallida
El Centro Integral de Valorización de Residuos Sólidos Urbanos, fue un proyecto que pretendió aligerar la carga del actual relleno municipal para extender su vida útil. Además, buscaba posicionar al estado en materia de mejora en la implementación de políticas de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU). Sin embargo, fue cuestionado desde el principio, debido a que padeció del peloteo entre comisiones, regidores y autoridades involucradas en su revisión y posterior aprobación, además de que fue una piñata de promesas municipales que se quedaron colgadas en el discurso de funcionarios y ex-regidores municipales.
No nos dijeron ni salarios, nomás nos dijeron cosas bonitas, lo que siempre le dicen a uno pa que uno entre, comedor, becas pa los niños, y todas esas cosas
Jesús Medrano, reciclador Relleno Sanitario de San Nicolás
«Fueron muchas las propuestas y poco el porcentaje que nos daban para retirarnos. No descartamos que el día de mañana privaticen este relleno sanitario, esto que nos sucedió nos abre los ojos para en otra ocasión pedir lo justo».
Santiago Acosta, Reciclador Relleno Sanitario de San Nicolás.
¿Qué dicen las fuentes oficiales?
A nivel nacional
A nivel local
Los resultados del PRORESOL
¿Qué es el PRORESOL? Según Carlos Puente, en el marco del Encuentro Técnico Sobre Preparación y Evaluación de Proyectos Para el Manejo de Residuos Sólidos Urbanos, el Programa de Residuos Sólidos Municipales (PRORESOL), es una estrategia del Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN) creada en 2002, que consiste en el otorgamiento de Apoyos Financieros No Recuperables a los gobiernos municipales y estatales, a fin de incentivar la participación privada en proyectos de inversión de infraestructura de servicios públicos urbanos enfocados a residuos sólidos.
Es así que en el 2016, antes de que se licitara el proyecto en Aguascalientes, fue candidato para recibir un Apoyo No Recuperable de parte del PRORESOL por la cantidad de $5, 500, 000.00 mdp. Sin embargo, a pesar de llevarse a cabo la formalización de un convenio de autorización, dicho recurso no se ejerció, debido a que el Municipio no cumplió con las condiciones para el desembolso, ni con la contratación de los Estudios y Asesoría en el plazo de 24 meses, sin que este haya solicitado una prórroga para su cumplimiento. En razón de lo anterior, se procedió a la cancelación del Apoyo.
Otra de las inconsistencias del centro de valorización se rastreó en 2017, al localizarse un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentado en Chile, con una cifra adjudicada al Costo del Proyecto aguascalentense mucho menor al costo del Equipo Para el Desarrollo del Proyecto estimado en la licitación pública LP-PPS-001-19, el distanciamiento en los costes del proyecto era claro aún cuando Guillermo Padilla Ledezma, quien redactó el informe, era según una base de datos oficial de BANOBRAS, el Subgerente de Proyectos de Agua, Energía y Medio Ambiente de este programa.
De esta forma, el que a pesar de la diferencia, siguiera sin alcanzar para la inclusión de los recicladores en una nómina justa, se gestaba como un claro ejemplo de exclusión y monopolio en la prestación del servicio.
En paralelo, las inconsistencias del PRORESOL también avanzaban, según documentos redactados en el 2019 por Carlos Puente, Director de Agua, Energía y Medio Ambiente del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS), el PRORESOL presentaba barreras formales e informales muy complejas, tanto técnicas, financieras y sociales, lo cual generó que aproximadamente de los $2,162 mdp autorizados para estudios y proyectos de infraestructura, se hayan cancelado cerca del 55%”.
Panorama residuos sólidos urbanos
En Aguascalientes, el problema del manejo de residuos resulta evidente cuando se observan los incrementos en las cifras estatales de generación, recolección y disposición de residuos sólidos urbanos, así como la débil participación ciudadana en órganos o espacios relacionados con la administración de los servicios de residuos sólidos urbanos. De igual forma resalta cuando se mira a los más de 6 mil recicladores, que ya sea que trabajen en contenedores de la ciudad o en el relleno, lo hacen la mayoría del tiempo, sin la protección sanitaria adecuada y sin ningún beneficio social añadido a sus extensas jornadas laborales, traspasando muchas veces, sus derechos tanto humanos como laborales.
Por otro lado, a nivel nacional, según un comunicado de prensa de la SEMARNAT, la cobertura de recolección nacional es de 83.87%, es decir, 0.06% menor al índice calculado en 2012. Cabe destacar que el 87.12% del total de los prestadores u operadores del servicio de recolección son las autoridades municipales, lo que significa que la calidad y la cobertura dependen en última instancia, de los recursos que los municipios dedican a esta actividad y de la eficiencia con que se administran.
Asimismo, el 81% de los sitios de disposición final no tiene control sobre el tipo y la cantidad de residuos que ingresan, lo que implica que no se puede asegurar que no estén ingresando residuos peligrosos. Finalmente resulta alarmante que al 2020 según el Diagnóstico Básico Para la Gestión Integral de los Residuos, más de 1,440 sitios de disposición final (65% del total) han concluido su vida útil y prácticamente no tienen vida remanente.
Ambientalistas en Aguascalientes opinan lo siguiente:
El plan que tenía el Gobierno del Estado de instalar una planta de residuos no funciona y tenemos experiencias de que en por lo menos 25 y 27 casos en todo el país no funciona, porque no se separa la basura de origen y lo que se produce es una mezcla maloliente de un aspecto revuelto. Otros proyectos del país han tronado por esa simple y llana razón, entonces no vamos a poder resolver el problema de los residuos, ¡debemos reducir nuestros residuos! y apuntar a un esquema circular, por ahí tendríamos que pensar
Humberto Tenorio, Pdte. Conciencia Ecológica Ags
¿Qué indica la problemática de residuos a nivel nacional?
El panorama nacional de la gestión de nuestros residuos sólidos urbanos, tanto a nivel regional como nacional no deja de arrojar indicadores negativos, por un lado la carencia de información actualizada y disponible para consulta sobre la generación y composición de nuestros residuos, en segundo lugar el aumento en la generación, la falta de cobertura para la recolección, la incapacidad para realizar separación de origen, además de que no existen cifras oficiales sobre la cantidad de residuos que se recuperan para reciclaje mediante la pepena ni sobre la cantidad de personas o familias que realizan esta actividad.
En otro nivel de responsabilidad, se encuentra la incapacidad municipal para la gestión de recurso federal destinado a la implementación de proyectos de valorización. Bajo esta lógica, es posible cuestionarse si ¿estaríamos caminando hacia una visión nacional cero residuos, aún cuando el Centro de Valorización que buscaba ser apoyado por el PRORESOL hubiera resultado exitoso?, ¿y qué tal si ese 55% de proyectos fallidos, tuviera oportunidad de reorientar la estrategia y proponer alternativas de reciclaje inclusivo? o mejor aún, estrategias necesarias y urgentes para transitar hacia un modelo de residuos cero.
¿Podría esta considerarse como una de las soluciones para transformar la gestión de residuos en el país?, ¿conllevaría lo anterior a que el tema formara parte del Plan Nacional de Desarrollo o de los Programas y Proyectos Prioritarios del Gobierno Federal?
El panorama nacional de la gestión de nuestros residuos sólidos urbanos, tanto a nivel regional como nacional no deja de arrojar indicadores negativos, por un lado la carencia de información actualizada y disponible para consulta sobre la generación y composición de nuestros residuos, en segundo lugar el aumento en la generación, la falta de cobertura para la recolección, la incapacidad para realizar separación de origen, además de que no existen cifras oficiales sobre la cantidad de residuos que se recuperan para reciclaje mediante la pepena ni sobre la cantidad de personas o familias que realizan esta actividad.
En otro nivel de responsabilidad, se encuentra la incapacidad municipal para la gestión de recurso federal destinado a la implementación de proyectos de valorización. Bajo esta lógica, es posible cuestionarse si ¿estaríamos caminando hacia una visión nacional cero residuos, aún cuando el Centro de Valorización que buscaba ser apoyado por el PRORESOL hubiera resultado exitoso?, ¿y qué tal si ese 55% de proyectos fallidos, tuviera oportunidad de reorientar la estrategia y proponer alternativas de reciclaje inclusivo? o mejor aún, estrategias necesarias y urgentes para transitar hacia un modelo de residuos cero.
¿Podría esta considerarse como una de las soluciones para transformar la gestión de residuos en el país?, ¿conllevaría lo anterior a que el tema formara parte del Plan Nacional de Desarrollo o de los Programas y Proyectos Prioritarios del Gobierno Federal?
Investigación: Diana León