La Ciudad de México, ante la reciente temporada de altas temperaturas, y a pesar de su extensa urbanización, cuenta con importantes zonas forestales y de conservación que requieren protección contra posibles incendios.
Estas áreas no solo son un refugio para la biodiversidad, sino que también proporcionan un respiro esencial para los habitantes que buscan un escape de la urbe. Sin embargo, el riesgo de incendios forestales se ha incrementado significativamente, poniendo en peligro tanto a las personas como al medio ambiente.
Es importante tener en cuenta que dependencias como la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR), perteneciente a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, cuenta con protocolos de detección de incendios forestales en todo el suelo de conservación de la Ciudad de México, los cuales se basan en una red de torres de vigilancia, operadas por personal comunitario, personal de la CORENADR y otras instancias.
Al ser monitoreadas estas zonas y ante la detección de alguna señal de humo, se notifica al Centro Estatal de Manejo del Fuego, para que esté localice el paraje o el lugar donde se está visualizando el suceso y así se despache a las brigadas más cercanas, para saber en qué condiciones está el incendio y sobre eso, determinar las acciones y estrategias oportunas. Si el incendio se propaga, se solicitan refuerzos; en casos de gran magnitud, se implementa «puesto de mando» para coordinar esfuerzos e intervienen otras instituciones como la Guardia Nacional, bomberos y Protección Civil.
Es importante recalcar que la dependencia contempla reportes y estadísticas, en cuanto a mediciones, controles y acciones de cómo se están atendiendo la presencia de estos sucesos forestales, en cuanto se ve una afectación en alguna superficie, es cuando intervienen las otras instancias, inclusive algunas ONG´s ó hasta grupos voluntarios de las localidades, conformando así una estructura coordinada y organizada, para que todos los recursos disponibles ante cualquier circunstancia sean utilizados en la mejor manera.
Cabe destacar la importancia de factores como el terreno, la vegetación y las condiciones climáticas, especialmente el viento, que pueden alterar rápidamente las acciones de combate y comunicación conjunta, ya que un incendio es totalmente volátil y puede cambiar en cualquier momento. Para tener un mejor conocimiento y percepción sobre este fenómeno, el suelo de conservación de la Ciudad de México está coordinado por 9 alcaldías: Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco e Iztapalapa, incluyendo áreas naturales protegidas como la Sierra de Guadalupe, el Parque Ecológico de Xochimilco, el Desierto de los Leones, Sierra de Santa Catarina en Tláhuac, la zona del Ajusco, entre otros.
En ese contexto, es importante capacitarnos en actividades de prevención y estar en constante contacto con estas localidades y con las brigadas que trabajan en esas zonas, para conocer las herramientas que se deben utilizar y las técnicas que se deben de aplicar ante la presencia de un incendio forestal y un control eficiente, con el fin de preservar la seguridad de la población y de las localidades.
Si bien tuvimos temperaturas muy elevadas por fenómenos climáticos naturales, esto es una llamada de atención para los próximos ciclos y la preparación que debemos tener. Si pertenecemos a una comunidad ó a un núcleo agrario, es oportuno acercarse a los sitios de apoyo civil, también llamados centros de mando, para informarse sobre el equipo adecuado, considerar los tiempos de las jornadas y las condiciones de salud apropiadas, porque normalmente un incendios forestal de cobertura pequeña, pueden tener un tiempo de atención de hasta 3 horas; por otro lado, los incendios de mayores extensiones pueden durar días, por lo que el riesgo está presente.
Hay otras actividades en las que pueden apoyar como las aportaciones de insumos: se les brindan información de qué necesitan las brigadas en caso de un fenómeno forestal, desde llevarles agua, comida, víveres, algún material como palas, cubrebocas, recursos que requieran las personas brigadistas para apoyarlos en todo momento. Nuestra responsabilidad también recae en tener conciencia ambiental, evitando lo básico, no tirando basura, no generar fuego de forma innecesaria, conservar los paisajes naturales con los que contamos en la Ciudad.
Se observa una reactivación de zonas agrícolas previamente abandonadas, esto implica un aumento en las quemas agrícolas, por lo que la prevención y el combate eficaz de incendios forestales son fundamentales para preservar los valiosos ecosistemas que aún rodean a nuestra gran metrópoli.
La ciudadanía sin capacitación no debe intentar combatir incendios por su cuenta, si se desconoce qué hacer en una situación de incendio forestal, si dentro de las actividades agropecuarias no se realiza una quema controlada, si detectan una columna de humo, lo primero es dar aviso a las autoridades especializadas al 55-5630-5360, contacto del Centro Estatal del Manejo del Fuego, para cualquier reporte y detección de estos sucesos.
La protección de las zonas forestales no es solo una tarea de las autoridades, sino una responsabilidad compartida por todos los que habitan y disfrutan de la belleza y tranquilidad que estos espacios ofrecen. Con un esfuerzo conjunto, es posible preservar estos tesoros naturales para las generaciones futuras, asegurando que la ciudad continúe siendo un lugar donde la urbanización y la naturaleza coexisten en armonía.